Furman, B. (2013). Nunca es tarde para tener una infancia feliz. De la adversidad a la resilencia. Barcelona: Ed. Octaedro.
Este libro se atreve a cuestionar una serie de “verdades incuestionables” en la cultura occidental:
“La infancia tiene la culpa de cómo sea el resto de la vida”
“Los padres son responsables de que sus hijos no tengan una vida satisfactoria”
“Todos los que tuvieron infancias difíciles serán adultos problemáticos”
“Si un niño pega a otros en el colegio es que en su casa hay un mal ambiente”
Estas son algunas de las afirmaciones que cuestiona.
Con un lenguaje sencillo y una lectura muy amena revisa con ojo crítico todos estos pilares en los que se asientan los “axiomas” que guían la salud mental, la educación… la sociedad.
En su lugar describe factores que ayudan a sobrevivir. Mascotas, naturaleza, imaginación… leer, escribir, tener una afición, hacer deporte… y otros puntos fuertes que ayudan a las personas a desarrollarse y tener vidas “normales”. Incluso si tuvieron la mala suerte de vivir situaciones complicadas y dolorosas en su infancia.
Mención especial merece el último capítulo, “Preguntas y respuestas”. ¿Es necesario el cariño para tener un desarrollo sano?, ¿por qué algunos no hablan de su infancia difícil?, ¿por qué los padres se culpan de los problemas de los hijos?, ¿cuáles son los inconvenientes de culpar a los padres?, ¿los niños tienen menor autoestima si no se les estimula? Merece la pena leer las respuestas que ofrece el autor.