christmas, happy, positive

Cambio contínuo vs. discontínuo

Algunos psicoterapeutas opinan que el cambio tiene que desarrollarse de una forma gradual, con pequeños pasos, cada uno bien apoyado en su inmediato antecesor, para ir acercándose poco a poco y en un proceso sin saltos, a la meta final (Fish, 1992).

Javier, de 30 años, hace seis meses que siente de continuo un nudo en la garganta que le dificulta la ingesta de alimentos. Se le entrenó en relajación y se estableció una jerarquía con aquellas situaciones que le ponían ansioso. Poco a poco fue siendo capaz de enfrentarse a situaciones cada vez más difíciles para él. Después de finalizar el tratamiento psicoterapéutico, sólo de vez en cuando, le asaltaba alguna sensación semejante a la anterior, siendo capaz de atajarla relajándose y distrayéndose con alguna de las técnicas ya aprendidas.

Sin embargo, para otros lo deseable es un cambio discontinuo (Fish, 1992). Estos piensan que se produce un salto lógico al pasar de una secuencia problema a su resolución. A veces una determinada forma de interpretar la realidad facilita el malestar característico de un problema, y es aquí donde una redefinición terapéutica contribuye a crear una realidad alternativa incompatible con la continuidad del problema. Este tipo de cambios parecen suceder de un momento a otro, y sin necesitar un periodo de tiempo más o menos largo. Así, desde el punto de vista de los psicoterapeutas que trabajan con la llamada Programación Neurolingüistica, puede eliminarse una fobia de muchos años en un sólo instante (Bandler, 1988).

La llamada Escuela de Palo Alto distingue entre cambio 1 y cambio 2 (Wazlawick et al., 1982). El cambio 1 es un mero cambio de contenido -cambios en los temas, no en las relaciones-, mientras que el cambio 2 es un cambio en los procesos relacionales en los que se inscriben las conductas problema. Como el propio P. Watzlawick indica : “Mientras que el cambio 1 parece basarse siempre en el sentido común (…), el cambio 2 aparece habitualmente como extraño, inesperado y desatinado; se trata de un elemento desconcertante, paradójico del proceso de cambio”. (Watzlawick et al., 1982, p. 107).

Ángel tiene 25 años. Hace cuatro meses y a raíz de una relación sexual frustrada con su compañera desde hace nueve años, ha empezado a sospechar que puede ser homosexual. Desde entonces no puede quitarse esta idea de la cabeza y le angustia hasta tal punto que ha pedido la baja laboral. Pasadas algunas sesiones y en el curso de la psicoterapia llegó al convencimiento de que no era homosexual, momento que aprovechó para cuestionarse de modo “obsesivo” si realmente seguía queriendo a su novia.

“Más cambia, más todo permanece igual”. Nótese cómo en este caso se sustituye un tema por otro -cambio de contenido- manteniéndose intactos los procesos relacionales.

Para que un cambio sea considerado tipo 2 o de proceso es necesario que no se sigan utilizando las mismas soluciones que anteriormente se han mostrado ineficaces. No tienen por qué ser cambios amplios, ni costosos, ni mucho menos de larga elaboración. Con frecuencia se consigue un cambio 2 introduciendo una información mínima en el sistema que por su apariencia inofensiva e intrascendente es bien recibida y aceptada en el sistema.

Ana, una adolescente de 14 años, es derivada a consulta por su dentista. Tiene el paladar deformado y la dentadura afectada, debido a la succión del dedo pulgar de la mano derecha. Tanto ella como su madre coinciden en que tal hecho acontece desde la infancia. Se le indica que ya que para ella constituye un placer y no hay por qué ocultar los placeres, chupe su dedo pulgar a la vista de toda la familia, siendo misión de la madre ocuparse de que nadie la molesta mientras esté disfrutando de ello. Dos semanas más tarde ambas informan que ya se le ha quitado esta costumbre incluso a la hora de dormir.

Que los cambios se desarrollen de manera progresiva u ocurran, como en el ejemplo, de una forma brusca, depende probablemente de la naturaleza misma del problema y de cómo se lo plantee el propio cliente. Pero también depende en algún grado del tipo de construcción de realidad que organice el psicoterapeuta. Esta posibilidad de provocar cambios discontinuos es aprovechada por los modelos de intervención breve para acortar la duración de la psicoterapia.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Bandler, R. (1988). Use su cabeza para variar. Chile: Cuatro Vientos.
  • Fish, J.M. (1992). Discontinuous changeBehavior and Social Issues, 2,  pp. 59-70.
  • Waztlawick, P., Weakland, J.H. y Fisch, R. (1982). Cambio. Barcelona, España: Herder.